EL BUEN CONSEJO
Acepta el buen consejo del amigo, pídelo, incluso.
No te sientas seguro
como si tu opinión, tus decisiones
fueran un soplo del oráculo divino.
Fácilmente solemos equivocarnos
con nuestros juicios primeros,
con nuestra presuntuosa clarividencia.
Si alquien te quiere y te brinda su parecer,
contrástalo con tu punto de vista.
Comprenderás sin esfuerzo que enriquece tu mirada
y descubre otros lados del problema
que tú, apasionadamente,
ignorabas con riesgo de tropiezo.
No te sientas seguro
como si tu opinión, tus decisiones
fueran un soplo del oráculo divino.
Fácilmente solemos equivocarnos
con nuestros juicios primeros,
con nuestra presuntuosa clarividencia.
Si alquien te quiere y te brinda su parecer,
contrástalo con tu punto de vista.
Comprenderás sin esfuerzo que enriquece tu mirada
y descubre otros lados del problema
que tú, apasionadamente,
ignorabas con riesgo de tropiezo.
1 comentario:
Pues sí, y tantas veces en los consejos de los otros están inspirados por el Espíritu Santo!
San Francisco de Assís, precisamente escuchaba a todas las personas sin importarle su status social, precisamente porque veía palabras de Dios en ellos, y tantos de estos eran pobres mendigos incultos.Pero Dios que entiende solo de corazones, tiene un lenguaje sencillamente GRANDE.
Dios te bendiga, que ya lo hace, lo llevas contigo en tu corazón, y ese es el mejor premio.
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